jueves, 8 de agosto de 2013

Lacero


Juan trabajaba como lacero, a él no le gustaba ese trabajo, le daba pena, tener que recoger gatitos, o, perros abandonados en la calle, por seres humanos crueles, que los habían tomado por peluches,  pero no tenía otro medio de ganarse la vida

Un día en que estaba muy triste, un perrito que acababa de recoger, le dijo

“Oye Juan; porque no, nos buscas un hogar, así es posible que tardemos en ir al Cielo,  de los perritos, y, gatitos”

Juan no sabía como hacerlo,  pero se le ocurrió, que a lo mejor, el mismo perrito que le había hablado, servía para alegrar los días de Pedro, el niño invalido del 4º dcha., al principio le costo convencer a sus padres, pero éstos al ver que era la felicidad de su pequeño, acabaron por ceder; así el perrito paso a tener un nombre y un amito, con  quien jugar; y, al que alegraba los días

Otro, se lo llevo el mismo Juan, junto con un gatito, que es mentira que perros, y, gatos no se quieran, disimulan,  a, veces para no dar celos a los humanos

Otro fue de Lazarillo de un ciego

Un gatito, para hacer compañía a una anciana

Así cada día;  Juan le encargaba a su mujer que se enterase de que personas podían querer un perro, o, un gato;  eso sí le pedía que fuesen personas buenas, no gente caprichosa que hoy quiere una criatura de Dios; y, mañana la abandona; si no gente con el corazón llena de cariño para  humanos y animales

Y, después Juan les llevaba el animalito, y además aprovechaba en muchos casos, en los que solía ser gente pobre, para ayudarles, llevarles comida, incluso ayudarles a hacer las cosas de casa.

Todos los perros, y, gatitos estaban felices pues sus nuevos amos les daban mucho cariño, y, los callejeros tenían deseos de que los atrapase el lacero Juan, era lo mejor se decían, si no había quien los adoptase, lo que era casi imposible, mejor estarían en el Cielo, que pasando hambre y, frió en la calle, y, recordando a los malvados que los habían abandonado

Porque un gatito, o, un perrito, no son  un peluche, son un regalo de Dios, y, como regalo de Dios no se puede echar a la calle, por eso antes de tener uno, un niño debe preguntar a sus papás, y, los papás deben ver, si lo van poder tener cuando sea grande

Un peluche no siente, ni sufre, un perrito, y, un gatito si

Recuerda lo, y, no pidas un animalito a los Reyes Magos;  ya tus papás lo harán, si pueden; y, si los tienes cuídalos, y, quiérelos mucho,  después del ser humano, no hay nada de más valor, porque su Autor, es Dios

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