lunes, 3 de junio de 2013

Sordito el cerdo, valiente"



En  casa de, Cesariño, estaban tristes, la cerdita, que había tenido,  los cochinillos, había muerto al nacer éstos, sólo uno de los lechoncitos, había sobrevivido a su mamá, y, a sus hermanitos; y, él tampoco duraría mucho tiempo, al no tener mamá, la solución era matarlo, o sea sacrificarlo, que suena menos duro, pero es lo mismo.

Cesariño, no estaba  de acuerdo, después de hablar con sus hermanas; le dijo a sus papás, y, abuelitos, "Yo lo voy a criar" le daré el biberón, y, como nuestras vacas dan mucha leche,  va crecer muy hermoso, por ahora no le pongo nombre, tengo que pensarlo.

Sus padres, lo autorizaron, y, el cerdito empezó, a criarse con biberón, que le daban tanto Cesariño, como sus hermanas, y, se hizo un cerdo bellísimo, sonrosado con el rabito en caracolillo, bueno, “el Adonis” de los cerdos, como era sordo; todos los cerdos lo son; por que tienen, las orejas tan grandes que, les tapan el oído le llamaron "Sordito"

Sordito, quería con locura a sus  amitos, eran en realidad “sus padres” y, los seguía, a todas partes, así mientras los niños merendaban, y, hacían los deberes en la huerta de la casa; el lechoncito, ya cerdito se tumbaba a tomar el sol, hasta el punto de que le salían, ampollas en la carne, como si fuera un "ingles" es decir una persona de piel muy blanca, no es insulto a nadie, lo cierto es que le salían ampollas, y, tenían que echarle aceite de oliva, para aliviarle el dolor, pero él todos los días tomaba el sol con sus amitos, parecía que quería ponerse moreno.


Cuando comían, el comía también de lo que comían ellos, el cerdo es un animal omnívoro, come de todo, esto le dio, a Cesariño una idea, lo iba enseñar a nadar, a bañarse quería, que fuese el primer cerdo que se bañase.


Cuando lo dijo en casa;  todos sin excepción se rieron de él; su abuela le dijo" no sabes hombre, que se les llama cerdos, por eso, que no se bañan"; pero Cesariño, estaba decidido a enseñar, al cerdito a bañarse, la pregunta era como hacerlo


No era fácil, no señor, aunque gracioso, y, cariñoso no dejaba de ser un "cerdo" sin que esta palabra, sea un insulto, pero todo el mundo tiene su talón de Aquiles, y, el talón de Aquiles, de Sordito eran las manzanas, que Cesariño merendaba, con un pedazo de ese rico pan de borona, la idea pues, que tuvo el pequeño fue ofrecer al cochinillo, un trocito de manzana, y. un pedazo de pan, y. cuando éste creía que, se lo iba a dar se lo tiraba en la charca, de este modo, tenía, que echarse al agua, a por él y, de ese modo se bañaba; al principio Sordito, hizo mención, a su nombre pero como su amito, no se ablandaba tuvo, que decidirse, por probar el líquido elemento y, con tanta suerte, que a los pocos días, ya era un gran nadador.


Desde entonces;  era él, quien se iba bañar, antes de tomar el sol en la huerta; ya no necesitaba, “el imán”;  de la manzana que no es, que no le gustase, pero el agua casi le gustaba tanto, ó, más, "soy cerdo, pero no marrano decía".


Sordito, era un cerdo soltero, nunca se había enamorado, pero unos vecinos de la familia de Cesariño, compraron en la feria, la cerdita más hermosa que se halla visto nunca; si hubiera concurso de mises, para las cerdas seria mis universo por lo menos; comos las casas tenían patios colindantes; Sordito, tuvo la oportunidad de conocerla, se llamaba "Cleopatra" como la famosa reina; de Egipto, pero era mucho más bella, en opinión de Sordito, el cochinillo; trato de que se fijase en él, pero ella que era una cerdita exportada de los EE.UU. se hacia la remolona, y, le parecía poca cosa un cerdo gallego, por fin consiguió, una cita con ella, se verían, a la luz de la luna como dos enamorados, y, él tenía que llevarle un obsequio.

¿Más, que regalar, a una chica, cuando uno es un cerdo, y, la chica una cerda?  

Había que buscar lo que más le agradase a ella, que no eran joyas, sino, unos ricos nabos, (grelos) unas patatas tiernas, vamos de esas cosas, que crecen en la huerta, y, lo más sabroso una tierna mazorca de maíz


Como nuestro amigo, era un cerdo enamorado, decidió complacer, a su amada y, así todas las noches, asaltaba las huertas de los vecinos; arrancaba, patatas, y, maíz sobre todo maíz, lo ofrecía a su marranita, y, juntos lo comían, a la luz de la luna, diciéndose bellas palabras, DE AMOR; como el destrozo que causaba en el campo, era muy grande, pensaron, que se trataba del jabalí que en Galicia; llamamos ; "o porco Bravo" ó, sea el cerdo salvaje; y, se lanzaron, a su captura armados de palos, y, hachones de fuego; durante varios días, realizaron batidas, sin ningún éxito, hasta que encontraron al autor; quien en aquel momento, iba todo tranquilo con una mazorca en la boca, en busca de su "amada" que no era otra, que la cerda "Cleopatra", la decisión fue unánime, el cerdo debía ser sacrificado, pero tanto Cesariño, como sus hermanas, dijeron que aquello no estaba bien, ellos se encargarían de vigilarlo, que algo debía de suceder, ya que "Sordito", nunca había hecho ; cosa semejante, era un cerdo muy bueno, y, educado, entonces lo descubrieron, con su "cerdita", y, a todos les emociono tanto, que optaron por perdonarles la vida, los papas de Cesariño compraron, a "Cleopatra".


Aquella tarde, oficiando Cesariño de Juez, y, sus hermanas de testigos, contrajeron matrimonio; "Cleopatra" y "Sordito".


No era, el cochinillo de esta historia, de los que se conforman, con lo que la vida les da; el quería prosperar, ofrecer a sus esposa, y, a los hijos que pronto iban a,  tener una vida mejor, y, para ello, había que educarse, estudiar, así que después de hablarlo con su cerda, a la que le pareció una locura, decidió acudir a clase; iría acompañando a Cesariño, sin que lo notase, y, se pondría debajo de la mesa, y, dicho y, hecho al día siguiente al marchar, el niño hacia el colegio, el cerdito lo acompaño, todo fue como el había previsto, hasta que el maestro, que se llamaban Don César, y, que era un hombre bonachón, hizo una pregunta; que "Sordito";  sabía, y, contesto en su "idioma" ó, sea "oing, oing, oing"; que es como hablan, los cerdos buenos, porque también hay cerdos malos, pero esa es ostra historia.


Don César, pregunto, quien estaba haciendo, el cerdo, y, el marranito salió de su escondite. Cesariño le dijo,  a su maestro, que no sabía nada, y, como era un niño que no mentía nunca, el maestro lo creyó; eso si le recomendó, que tuviese más cuidado; con "sordito" para que no, volviese a clase.

Ni que decir tiene, que al principal protagonista de esta historia; le pareció la mayor injusticia de su vida; el tenia derecho a ser un  cerdo culto, pero tampoco quería, desprestigiar a su amito, a si que opto por seguirlo pero no entrar, en la escuela, la verdad lo hizo poco tiempo, ya que comprendió, que los cerditos, como todos los animalitos saben, más que los hombres, tienen una sabiduría natural, y, por maestro ni más ni menos que el mismo Dios.

Meses  más tarde, "Sordito"  fue papá de  ocho hermosos lechones; tan bellos, como él, y, su esposa. Fue entonces, decidió, irse a los EE-UU, donde había oído decir, que triunfaban los cerdos, que era una maravilla, que incluso llegaban,  a presidentes; había entendido, perfectamente, sólo que eran otros cerdos;  allá se fue, al principio no le fue muy bien, pero con su gran elocuencia, y, educación, consiguió hacerse, con varios trabajos importantes, así estuvo en el Congreso, en la NASA, en la CIA, aunque éste puesto, lo dejo pronto pues los que allí había, eran cerdos malos, paso después, y, este era hasta hace poco su puesto a colaborar, con los científicos que estudian, “el Genoma humano" pero también lo dejo porque, su "sabiduría" de cerdito, le dijo que eso del Genoma;  era algo, que un cerdo, por muy sabio que fuese, no podía entender.

Dio, gracias a Dios, de no ser hombre, y, tomando un barco regreso, a Galicia, donde como ya no quedaba nadie de los suyos, su cerdita, se había  ido,  al cielo, antes de su marcha, a, EE. UU;  había pasado mucho tiempo, busco recomendación, y, se coloco en televisión española, en los documentales de la 2.

Actualmente, vuelve estar enamorado; aunque ya es un cerdo mayor, pero eso si muy feliz, y, muy valiente como siempre lo había sido

Fin


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