sábado, 20 de marzo de 2021

mar; la mar. Reflexión


El Mar. Reflexión
No, es un escrito sobre el mar, ni sobre los mares que existen, ni un cuento.
Es mi pensamiento sobre lo que me inspira y me hace sentir el mar, la mar, como suelo llamarla
Nací en un pueblo una ciudad capital con mar. La Coruña, con dos “mares” Riazor y Orzán
Y, desde niña lo he amado adorado, me gusta ese mar sereno en el que se refleja el sol, a veces las casas o viviendas próximas, más de una vez paseando por el espigón, o cualquiera de los paseos marítimos me he detenido un instante a orar en silencio mirando al mar, ese mar sobre él que camino Jesús, porque todas las aguas se juntan
Dije que me gustaba ese mar sereno, pero también me gusta ese mar bravío, cuyas olas se rompen en una cascada de espuma sobre las rocas, que a veces hacen algún destrozo en  el mobiliario urbano, esto no me gusta claro esta, pero si su bravura , me hace reconocer lo poco que somos, y, sin embargo Dios nos prefiere a todos los mares
Mi tía Flora que ahora vive con Dios, se admiraba de las mareas de  ese subir y bajar, y decía, “que grande e Deus” ( Que grande es Dios)
Y, es que el mar es una de esas criaturas en las que mejor se ve la huella de su Creador, el mar obediente con limites que no traspasa si no lo forzamos
El mar que nos alimenta con lo que vive en él
El mar al que todos los ríos vierten sus aguas, y, él sigue el mismo  del mismo modo que nuestras culpas; no agotan la misericordia de Dios
Es cierto que el mar a veces se cobra vidas, las de los marineros son trágicas eran hombres que iban ganar el pan para sus hijos, y, el mar los arrebata, otros son de imprudentes como los turistas que sin conocer el mar, más que en postal se arriesgan hasta de noche, a bajar a la arena en La Coruña ya sea en Orzán o Riazor, a mojar los pies y caminar por la orilla pero ya con los pies en el agua, sin saber que allí el mar tiene arranques y de pronto, se agita, y, el paseante imprudente, es arrastrado por las olas, incluso ya se dió el caso de no fallecer sólo el imprudente, sino los que fueron a rescatarlo, como los 4 policías que murieron en La Coruña al intentar rescatar a un muchachito imprudente, lo siento mucho en este caso siento claro la muerte del muchacho, pero más la de los 4 policías, que por cierto se merecían un monumento en condiciones, y no la mierda de monumento que les pusieron.
Aunque estoy segura ellos ya están en el mar del Cielo, en sus playas, aunque según el Apocalipsis, “No hay mar”, yo creo que no puede ser.
Porque el mar hasta cuando se porta “mal”, es sagrado.
Me horroriza, sulfura y saca mis instintos asesinos, cuando veo a la gente arrojar bolsas, botellas y todo tipo de basura al mar.
De los vertidos ya ni hablo, porque los odio, recuerdo todos los petroleros que ensuciaron nuestro mar.
A la gente a veces le extraña que diga que no me gusta la playa, sobre todo los de secano no entienden, y, no, de hecho cuando voy a la playa no estoy más de 20 minutos con baño incluído
Yo a quien adoro es al mar y a su Creador.

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