Aeropuerto
La gente la miraba extrañada, porque todos los martes a las 11 de la mañana y a las 5 de la tarde. Aguardaba por el autobús que iba y venía al aeropuerto. Vestía se podría decir que de forma sencilla, llevaba una bolsa de esas de rafia que se usaban, para la compra, eran resistentes pero dejaban entrever el contenido.
La mujer llevaba siempre una tableta de chocolate de ese que se usa para preparar el chocolate a la taza. Una bolsa de bizcochos, y una bandeja envuelta en papel de confitería. Nada más
Cuando llegaba el autobús sacaba el dinero para pagar. Subía, y retornaba a las 2 de la tarde en el mismo autobús, con la misma bolsa, el mismo contenido
A las 5 volvía a coger el autobús y regresaba a las 8 de la tarde, pero la bolsa venía vacía.
¿Estaría loca, qué sentido tenía lo que hacía?. No faltaban los que bromeaban diciendo
“Tiene acciones en Iberia o Aviaco”
Otros simplemente decían que era una loca
El contenido de la bolsa era un enigma
Un día una mujer de la ciudad tuvo que ir a esperar a un amigo, y coincidió en el autobús con la mujer, era el autobús vespertino.
La señora en cuestión aprovecho para entablar conversación con la mujer que todos los martes iba mañana y tarde al aeropuerto
“ Yo, sé que piensan estoy loca, no sé disculpe yo también lo pensaría, pero aunque suene raro, esto me mantiene cuerda”
La señora preguntó porqué, qué sentido tenía aquello.
Esperaba que la mandase a paseó.
Pero no lo hizo
“Se acuerda del avión que se estrelló en Montrove, yo entonces era muy joven preparaba mi boda, mi prometido había ido a buscar a su hermana y sus sobrinitos que llevarían las arras. A mí prometido le encantaban las magdalenas, a mí futura cuñada el chocolate express, así crudo, a los pequeños un niño y una niña los pasteles. Por eso vengo con todo ello en la bolsa. Sí, usted está pensando, porque lo hago dos veces al día, y qué pasa con los pasteles etc. Si piensa que alguien me engaña haciéndose pasar por un fantasma, no tema, no estoy tan loca. A las 11, vengó y observó si vienen personas humildes, personas con niños tristes, si veo alguna posibilidad, me acercó y, les ofrezco lo que quieran, no suelen aceptar
Por ello vuelvo a la tarde, entonces voy a los pobres que viven en tiendas de campaña, muchas gente les lleva comida, pero a nadie se le ocurre dar dulces, magdalenas, chocolate a unos sin hogar, porque dicen sin eso se puede vivir. Y, claro se puede, pero el dulce, endulza. No, no lo hago por mí prometido y su familia. Ellos ya no existen, yo era creyente, pero perdí la Fe, no, no fue por el accidente, fue simplemente
¿Entonces por qué lo hace?
Por una razón, yo lloré mucho, y como yo muchos otros, lloramos por el avión que cayó en Montrove, ahora me consuelo pensando que cada día, consigo que unas personas sonrían, sobre todo niños. Esa es la razón.
La llegada del amigo que venía esperar la señora. Piso fin a la conversación.
Como el amigo tenía mucho equipaje, tomaron un taxi.
Así nadie supo la historia de la mujer, hasta que la señora le contó en la peluquería. Yo estaba allí por eso me enteré.
Fin
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