La Fe
Manuel daba vueltas cerca de la iglesia, esperando a su amigo Javier. No podía entender como un hombre con sus conocimientos y su inteligencia podía tener fé.
La Fe estaba bien para las abuelas muy abuelas, y los niños pequeños, pero nada más
Cuando Javier salió del templo. Ambos amigos fueron a tomar sus vinos con sus tapas
Mientras charlaban distendidamente. Manuel preguntó a Javier como era posible que fuese creyente
Javier se rió y le dijo que todo el mundo lo era Manuel incluido.
Yo, dijo Manuel. Jamás
Javier le recordó que estaba bebiendo un vino, y comiendo un pincho de queso, dando por hecho que no habían sido envenenados. Que escuchaba las noticias sin ir a comprobar lo in situ
Tomaba los medicamentos que le recetaban fiándose es decir con Fe en el médico
No había sometido a sus padres a pruebas de ADN, para comprobar que no era adoptado ni robado. Eso es Fe, Fe humana pero Fe. Yo, sin merecerlo, tú Manuel eres mejor persona, tengo porque Dios me la dio, La virtud de La Fe, se de Quién me he fiado, que soy amado, eso me ayuda a esperar y confiar en Dios. Que se que no me falla, a pedir le perdón porque yo sí le falló…
Manuel, dijo entonces
¿Y, claro me vas a decir que no sufres, todo te va bien, lo entiendes y aceptas todo?
No, los creyentes sufrimos como todos, pero sabemos que no estamos solos, aunque no siempre somos conscientes, pero como hijos pequeños de Dios, ejercemos el pataleo, sabemos que el mal, la enfermedad por ejemplo no viene de Dios, por eso luchamos contra ella, yo no lo entiendo todo, ni lo acepto todo. Por cierto quiero me acompañes al oncólogo. Tengo cáncer y no quiero que mi esposa lo sepa todavía. Por ahora no hay cura. Pero confío en Dios y en La Ciencia.Que como el Amor, viene de Dios. Y, sí tengo miedo a la muerte. No por Dios, por mi
Manuel se había quedado sin palabras. Trago saliva y dijo.
“Amigo iré contigo al médico. Sí, Dios quiere todo irá bien”
Javier sonrió. Sabía que la expresión de su amigo era una frase hecha. O, tal vez no. No era Manuel de frases hechas…
Ahora quedaba seguir disfrutando de aquel momento. Dios tenía la Última Palabra y La Primera.
Fin
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