jueves, 12 de septiembre de 2013

El hombre rico

Se llama Salomón; y, es muy, muy rico; en eso si se parece, al viejo rey judío, pero sólo en eso; bueno, que él también es judío, pero en nada más.
Salomón, sólo piensa en una cosa, en tener, y, tener cosas, para ello, no duda si es preciso, en hacer lo que sea; entiéndase bien; Salomón, no es un ladrón; ni un hombre que, incumpla sus deberes religiosos, pero; sabe andarse, con tiento.
Él paga, los diezmos, para el Templo, como ordena, la Ley, pero procura que se de el diezmo justo; ni centavo de más, de menos tampoco, pero de más, nunca.
Salomón, da limosnas, lo mando Moisés, pero Moisés, no indico, las veces ni las cuantías, pues se contenta con dar, 1 ó 2 centavos, una vez al año.
Tiene pocos amigos, bueno en realidad, ninguno; ni siquiera falsos, ya que estos, se suelen acercar; esperando obtener algún tipo de beneficio, y, Salomón, no esta ni para perder tiempo, que tiene que invertir, en sus negocios, ni menos dinero; “hay que ahorrar”; repite una, y, otra vez.
Tampoco tiene familia; sus padre fallecieron, y, sus hermanos, y, hermanas apenas lo visitan; al principio lo hacían, pero vista, el hambre que, les hacía pasar; y, que los ponía, a trabajar todo el día; y, los trataba, como esclavos; decidieron; dejar al; “hermanito”; con sus cosas.
A veces, aunque pocas visita, la taberna; casi siempre, para contratar personal para sus múltiples haciendas; le es difícil encontrar; “porque en este mundo; no hay más que vagos; (es decir gentes que no quieren trabajar gratis).
Cuando consigue, alguno suele ser un desesperado, que le trabaja casi por un trozo de pan; no, no vayáis a pensar, que les da a sus operarios, o, jornaleros sus obras; nada de eso; comen como él; lo que, sucede, es que, él apenas come.
No tiene esposa, aunque se enamoro, de una joven muy bella; Raquel pero tiene tiempo de casarse, “Lo primero es hacerse un porvenir”; “llenar los graneros de trigo”; “llenar las dispensas”; y, cuando tenga aceite, mosto, trigo, cebada, fruta, dátiles, carne, para muchos años; entonces, sólo entonces empezara a divertirse, y, ya verán.
Sus amigos le dicen: que piense, que; a lo mejor ese día no llega; pero Salomón se ríe, es un hombre joven sólo tiene 30 años; sus abuelos murieron como el viejo Salomón con más de 80; nada tiene que temer; tiene mucha vida por delante, después cuando, su vida este solucionada; se buscara amigos; se buscara una esposa; y, hasta se comprara, un esclavo, y, una esclava, a los que promete tratar, lo mejor que pueda; y; él se divertirá; acudirá a fiestas, dará más limosnas; hasta es posible que haga un viaje; enseñara, a sus hijos a trabajar.
Pasan los años, Salomón, hoy cumple 35 años; su vida, no ha variado nada, de la que hemos conocido; eso sí; por fin ha visto cumplido, su sueño.
Es necesario que, abandone su trabajo, ya no es posible, guardar más de lo que tiene; se siente satisfecho.
Antes de acostarse, da Gracias a Dios; y, luego se dice a si mismo.
“Bravo, Salomón”.” Tienes, bienes acumulados para muchos años; ahora, sólo te queda descansar, darte buena vida, y, cumplir tus sueños”.
Pero sus palabras interiores. Son interrumpidas, por una visión sombría; las de una mujer pálida, de rubios cabellos, y, ojos azules.
Salomón, se frota los ojos; creyéndose presa de un sueño.
Pero la aparición lo toca; y, le dice, no duermes, he venido a buscarte.
¿A buscarme, a mi, por qué, y, para dónde?
La enigmática figura responde.
Porque, este es el día que, El Creador, te había asignado; la hora de tu muerte, y en cuanto al lugar, no temas serás, conducido al seno de Abraham
¿La muerte, pero si sólo tengo 35 años, y, tengo tantos planes?
El tiempo de la vida, lo marca Dios, no los hombres, tuviste tiempo, para hacerlos realidad, pudiste formar una familia, y, tener amigos, fue cosa tuya el no hacerlo.
No, espera (suplica), tengo que avisar a mis hermanos; viven fuera de Israel en la, Diáspora, y, es preciso que les avise; que redacte, mi testamento.
No hay, tiempo (repite la muerte).
¿Pero entonces lo que, yo he ahorrado de quien será?
De Herodes, de Pilatos, o, tal vez se lo repartan los soldados; es posible que lo manden al César; desde luego no va ser para tu pueblo; ni tu familia
¿Entonces he trabajado en balde, me voy, y, tengo que, dejar aquí todas estas cosas; y, ningún amigo que, llore, y, rece por mí?
Salomón, Salomón, despierta, has dicho que hoy, teníamos mucho trabajo; y, me pediste, que, te viniese ayudar.
Salomón, abre los ojos a su lado esta, Heli, su vecino, mira la mesa, y, ve un vaso, con un poco de vino aguado, que le sobro, o, que hizo, sobrar de la cena.
Todo fue un sueño, aún no tiene 35 años, el tiempo paso, únicamente en el sueño, tampoco lo ha visitado, la muerte; pero si lo ha visitado Dios.
Heli, deja la azada, hoy vamos a descansar; ven, vamos a cargar, unos sacos con trigo, y, cebada, unas ánforas con aceite, y, vino; vamos, a repartirlo, a los que, no han tenido cosecha, este año.
Heli, no da crédito, a lo que ven sus ojos, no se atreve a hacer, lo que le dice, por si es una broma, pero Salomón insiste, y, ambos salen a repartir, a los menos favorecidos.
Y. ahora sabes, que voy hacer, pues declararme, a Raquel, y, si me acepta nos casaremos, y, voy dar tierras, a mis hermanos, yo para que quiero tantas, con unas pocas, que nos den para vivir, y, educar los hijos, con que, El Eternos, nos bendiga, nos llegan.
Desde aquel día, Salomón, fue un hombre alegre, se lleno de amigos, amigos de verdad, como todo el mundo, pocos claro esta.
Fin



No, no se volvió un vago, simplemente, supo darle a las cosas su valor.



Y, cuando murió, que murió pero muy viejito, le lloraron, y, rezaron por él sus nietos, sus amigos, los pobres, a los que había ayudado, los esclavos, para los que había sido como un padre.









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