Al poco rato, llego de nuevo, Pinto, y, como traía, el hocico sucio, vieron que eran de chocolate, lo siguieron, y, había cientos de monedas de chocolate
¿Con, esto, si que podemos quedarnos, verdad abuelita? Dijo Noha
Claro, que no hija, las monedad de chocolate, no nacen del aire, alguien lo perdió, o, se lo robaron, hemos de investigar, e intentar devolverlo, a su dueño, ahora vamos a meterlo, en el frigorífico, para que el calor, aunque no hace mucho, Gracias a Dios, no lo estropee
A la tarde se enteraron, de que D. Abundio el pastelero, había sido víctima de un robo; los ladrones auto engañados, pensando que eran monedas de oro; se habían llevado; todas las monedas de chocolate.
D. Abundio, se alegro tanto, que los invito a muchos dulces, y, aunque no les dio todas las monedas, sí un buen montón; y, a Pinto, el gato, “un súper rico”; que en idioma felino, quiere decir, “miau, mau, marramiáu”; o, sea, más rico que el caviar.
Fin
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