jueves, 12 de septiembre de 2013

El tonel

Carlos, Pancho, Luis, y, Carina, eran amigos, desde la infancia, ahora, se hallaban de vacaciones, en la casa del tío de Pancho
Decidieron bajar; a la bodega, hacía apenas unos días estaban, allí, para, participar, en la vendimia, en casa de los tíos de, Antonio; un pequeño, y, pintoresco pueblo, enclavado los verdes valles del Ribeiro
Carlos, el tío de Pancho, era uno de los mejores enólogos, y, fue, él quien, les sugirió la idea de bajar, a, las bodegas, para que pudiesen ver, el proceso, de transformación del vino, su crianza.
Les explicó, que estaba en ebullición varios días; en los cuales deberían, tener cuidado, no acercarse, demasiado a la boca de los toneles, pues; quien tuviese, la mala suerte de caer en el mismo; estaba perdido, el ácido del vino, deshacía hasta los huesos; para que viesen, que no era exageración, arrojo un hueso de jamón, removió, con un garfio, no quedaba nada.
Los jóvenes quedaron, asombrados, como si fueran niños, aunque el más joven, Luis, contase ya 18 años.
Después de almorzar; empezaron a bromear entre ellos, con Carina, la única chica del grupo; quien inocentemente, apoyó su cabeza, en Pancho, al que consideraba como su hermano mayor, aunque sólo hiciera tres años que, lo conocía; pero este gesto no fue del agrado, de Pablo que, estaba enamorado de la joven; aunque mantuviese su amor, en secreto.
Al ver el gesto afectuoso, no pudo contenerse; y, recrimino, duramente, e injustamente, a Pancho, éste como era de esperar, le respondió, diciendo, que Carina no era de su propiedad.
Y, en ese momento, Pablo, pronunció una frase fatal, " te matare, Pancho, te mataré"
El resto de la tarde, la pasaron sin hablarse.
Llego la noche, y, Pablo dijo que, iba a la bodega por vino, e invito, a Pancho, a que lo acompañará, el resto del grupo, se alegro de que ya se les hubiese pasado el enfado; tardaron un buen rato en subir; bueno tardo Pablo, porque Pancho; no subió con él, Pablo, dijo que se había quedado en la bodega.
Lo cierto es que fueron pasando las horas, llegaron las 12 de la noche, y, Pancho, seguía sin dar señales de vida; entonces todos, uno, a uno, empezaron a recordar, las palabras amenazantes de Pablo " te mataré"
Luis se levantó, y, dijo, vamos a la policía, tengo un mal presentimiento, pero antes de llamar a la policía, y, al tío de Pancho; debemos estar seguros.
En la bodega, se resolvieron, sus dudas, o, eso pensaron, no estaba el amigo perdido, pero en el suelo, había un botón de su chaqueta; botón que ahora estaba claro, se había desprendido, cuando Pablo, lo arrojó al tonel, para cometer, el crimen perfecto
Llamaron por teléfono, a Carlos, que había tenido que salir de viaje; y, le dijeron que regresará lo antes posible, que Pancho, se había puesto muy enfermo; no querían darle la fatal noticia, por el móvil; mientras habían encerrado, a Pablo en una habitación, lo de llamar, a la policía, preferían, lo hiciese Carlos
Lo que les dejo de piedra, fue la respuesta de Carlos
"Es imposible que mi sobrino, se haya puesto enfermo; lo digo porque esta aquí conmigo; Luis casi se desmaya; al oír la voz de Pancho, por el móvil
Unas horas más tarde, se aclaraba todo
Al subir Pablo de la bodega, Pancho, se había quedado escogiendo, unas botellas, que su tío, le había pedido, luego había salido, usando una salida que sólo conocían él, y, su tío, como esperaba volver pronto, no aviso a sus amigos, pero el tiempo se alargo más de lo esperado, por lo que hacía al botón; este se le había caído, cuando su tío, les había mostrado, como hervía el vino, no cuando bajo con Pablo; naturalmente; entonces, nadie, se fijo, pero si lo hicieron, cuando sospecharon que su amigo, era su asesino
Cuando supieron la verdad, les falto tiempo, para liberar, a Pablo de su "prisión"; y, pedirle perdón, este no respondió, ni que sí, ni que no, prefirió, no dirigirles, la palabra, hasta que llegasen, Carlos y, su sobrino, en ese momento, si abrió la boca, para pedir perdón a Pancho, por sus tontas amenazas, y, sus celos mal fundados, se fundió en un abrazo con Pancho, quien riendo le dijo, que pesaba mucho, para que pudiese echarlo al tonel.
Luego Pablo, agradeció la hospitalidad a Carlos, y, se despidió, no sin antes decir a los demás Carina, incluida, que esperaba, excepto, a Pancho, no verlos más, no podía tener por amigos, a quienes, habían creído que era un asesino
Fin





















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