La boda de los padres del Mesías
La verdad es que lo que se dice la boda, la firma del contrato nupcial se había celebrado hacía meses, pero ahora iba ser la conducción de la novia esposa, a casa del novio esposo
La joven novia se hallaba embarazada, apenas se percibía su embarazo. Y a nadie escandalizaba, porque los desposados eran ya marido y mujer desde la firma del contrato matrimonial
Es cierto que algunos parientes no veían bien que se hiciera un miércoles, porque el miércoles era para las desposadas vírgenes
Pero Joaquín que sabía la verdad del embarazo de su hija, aunque no podía desvelarlo
Se mantuvo en sus trece
Mi María será conducida a casa de José el miércoles, nadie hay más puro que ella, eso es tan cierto como que ahora mismo, hay nieve en el rosal de mi casa
Las mujeres al escucharlo, se rieron era agosto hacía mucho calor, cómo iba haber nieve, eso era como decir que María con un embarazo de 5 meses, seguía siendo virgen
Decidieron ir a comprobar, bueno iban a reírse un poco, pero cuando llegaron frente a la casa de Joaquín, el rosal estaba pleno de rosas rojas, y al mismo tiempo bañado de nieve
Tuvieron que rendirse
Mientras Ana, acababa el vestido de María, que no quería lujos, le daba consejos, y preparaba también los vestidos de sus 10 amigas, las que saldrían a esperar al esposo a José
Joaquín hablaba con José
José era un joven muy dispuesto, de la familia de David, lo mismo que Joaquín, en realidad era sobrino de esté
Joaquín hay una cosa que me preocupa, tú que eres un hombre de oración me la puedes responder
Joaquín le dijo. Mira hijo, eres judío, un buen judío. Conoces Las Escrituras, sabes que nadie puede tocar el Arca del Señor, tu matrimonio, no podrá ser como el mío con Ana, habréis de ser vírgenes los dos, eso lo sabes
Lo sé Joaquín eso no me preocupa. Lo que me preocupa es como yo, un simple carpintero, que no soy nada ante el Señor, voy a ser el padre de su Mesías. ¿Tendré que dejarle, haga lo que quiera, no le puedo corregir...?
Joaquín se río.
Ay mi yerno querido, ese niño que va dar á luz mi hija, será tu hijo , puestos ella aunque nunca la conozcas es tuya, por matrimonio, deberás enseñarle, mandarle, o se te sube a las barbas corregirle, y sí es preciso un buen azotito ayuda a dormir.
Los dos hombres se rieron
Una semana más tarde, bajo el baldaquino, María y José recibían las bendiciones nupciales de parte de un levita, y José rompía la copa, pisando sus restos y prometiendo ser fiel a María hasta que los pedazos se juntasen de nuevo.
Una comida que duro varios días en los que no falto el vino, celebro. La boda, o conducción ya en casa de José
A la mañana siguiente, María vio que su joven esposo estaba haciendo una cuna, la cuna para el Hijo de Dios, para el Hijo de José, cuna que nunca estrenaría.
Fin
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