martes, 20 de febrero de 2024

Por suerte. ..


“Por suerte no sabemos el día ni la hora”

Pedrin estaba repasando el catecismo, pronto recibiría a su Amigo Jesús en La Sagrada Eucaristía

Dejó por un momento el libro, y miro a su abuela.

Su abuela la señora Lucinda, supo que, quería preguntarle algo.


Abuelita. ¿Nadie sabe cuando se va morir?

Nadie Pedrin, a veces Dios hace alguna excepción pero nadie lo sabe

Es que dice el cura que nos da la catequesis, que sí lo supiéramos todos iríamos al Cielo, y por eso Dios no lo hace.

A Doña Lucinda las estupideces la enervaban vinieran de quien vinieran, por eso, sin contenerse dijo

Ese cura es tonto

Abuelita, si hijo es tonto, pero tú guarda el secreto. Dios quiere que todos vayamos a vivir con él felices en el Cielo, por eso Jesusín murió en la Cruz

Pobrecito, dijo Pedrín

Pues por eso mismo, nos oculta el día que vendrá a buscarnos

Pero abuelita, si lo supiéramos ese día seríamos buenos

No, hijo, además no vamos al Cielo por ser buenos, sino por dejar que Dios nos amé. Mira te voy explicar con un ejemplo

Imagínate que a una persona supiera que se iba morir a los 100 años, otra a los 30

En primer lugar esas personas se tendrían envidia, se odiarían, la que va morir a los 30 pensaría porque ella tenía que vivir menos que la otra, y la que iba vivir 100, cuando tuviese problemas, pensaría en la suerte de la que partiría a los 30

Además de eso ninguna es posible buscase a Dios, fuese buena persona, la de los cien años, porque tiempo había, la de los 30 porque también había tiempo, hasta al menos los 29-. Y eso llevaría a que se acostumbrasen a no hacer nada, sobre todo a no hacer nada bueno, y se dejasen llevar. Cuando uno espera una visita, alguien que va venir de viaje, y sabe la hora fija, es posible que se le pasé, porque aún es pronto, hasta que suena el timbre


Pedrito, corto a su abuela. Sí como el otro día cuando llego el tío Ricardo, mamá le dijo, “ya llegaste” y el tío le dijo, es la 1 de la tarde, ya os dije que llegaba a esa hora.


Doña Lucinda, siguió, Así es, pero por el contrario cuando llego el abuelo, como solo sabíamos que iba venir, estábamos pendientes, el tío ni su cuarto tenía listo. Pues en el caso de la muerte es igual, siguiendo con “nuestras amigas inventadas” se irían durmiendo, dejando pasar, además conforme sé acercará la fecha, sentirían el demonio se encargaría de ello, de recordarles el mal hecho, hacerlas desesperar, las convencería de que hacer bien entonces era interesado, y por ello Dios lo iba rechazar, el cielo sería objeto de mercado.

Por eso Dios nos ocultó su día.

Y además hay otra cosa, que la gente no sabe. No vamos a morir

Abuelita

Si Pedrín no vamos a morir, si estamos con Jesús nos quedaremos dormiditos, no importa cuando, ni cómo, y despertaremos en el regazo de La Virgen, porque sabes una cosa en el Cielo volveremos todos a ser niños.

Fin





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