lunes, 26 de febrero de 2024

La vuelta de Los Reyes Magos

 

 Los reyes magos de vuelta en Jerusalén. Se acercaron unos griegos a Felipe...

Melchor, Gaspar y Baltasar pues Eliab se había quedado en Egipto, a donde había acompañado a La Sagrada familia.

Pues bien, los tres sabios que un día, hacía ya muchos años habían llegado a Jerusalén, buscando a un bebé que había nacido, y bueno.

Ahora se habían juntado de nuevo, y estaban en Jerusalén, hacia ya tiempo que eran proselitos de la puerta, es decir judíos en todo, menos en la circuncisión y en zamparse cuando no había judíos cerca unas lonchitas de jamoncito, que eso no hacía daño a nadie, pero sus dioses hacía tiempo que los habían mandado a hacer buen fuego

Ahora algo dentro les había dicho que aquel Niño que fueran adorar un día, y que se llamaba Jesús estaba en Jerusalén

A quién preguntar, dijo Gaspar, ellos llevaban años viviendo en Grecia, vestían y eran considerados griegos.

No podían ir a Herodes bueno al Herodes descendiente de aquel asesino. Les extrañaba que Jesús no fuese el rey, bien Dios tenía su estilo.

Tras mucho preguntar, dieron con alguien que les indico que allí había dos hombres, que se llamaban Felipe, y Jacobo, que eran discípulos del rabino Jesús.

Melchor se acerco a Felipe y Santiago, hablando en su nombre y en él de sus compañeros.

Señor, dijo, este señor, era como nuestro señor, y en su idioma se decía de otra forma, vamos era una forma de cortesía, no el título que se da a Dios.

Señor, queremos ver a Jesús.

No dijeron más, a Felipe, y a Santiago les extraño, la pregunta de aquellos extranjeros, pero los llevaron a Jesús.

Jesús estaba hablando a la gente, y a su Padre al mismo tiempo, Juan lo cuenta muy bien.

Luego se quedó con los 3 sabios.

Que cayeron a sus pies, Jesús los levantó, y les contó que su mamá, le hablaba de ellos, pero claro él no los recordaba tenía poco más de un año.

Les indico donde podían hallar a María, que sí se acordaba de ellos, y por ella supieron de Eliab

Meses más tarde, los tres sabios se encontraban con su amigo Eliab, que estaba de vuelta en Jerusalén, y los cuatro veían morir a Jesús en una cruz, y leían el rotulo puesto por Pilato

Jesús de Nazaret, el rey de los judíos”

Entonces entendían que ese era su trono

Y, 50 días más tarde, escuchaban a Pedro y los demás hablar de la glorificación de Jesús, vivo para siempre

Y el agua del bautismo, introducía a los cuatro en La naciente Iglesia.

Luego según algunos el martirio de sangre les abriría la Puerta de la Jerusalén celeste

Fin



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