domingo, 20 de mayo de 2012

El día que Lázaro no resucito( revivió)

Esta historia nunca sucedió, pero pudo suceder, claro que de haber sucedido, las cosas hubiesen sido de otro modo, porque no hubieran sido.

Hay personas que piensan que no sucedió, y claro viven de arreglo a ello, pero esta no es una historia moralista.

Lázaro un hombre joven, fuerte acostumbrado al duro trabajo en las viñas, vigilando y dirigiendo a sus obreros. Se encontró mal de repente, le dolía la cabeza, devolvía, y cada día estaba peor. Sus hermanas decidieron mandar aviso a un amigo de la familia a Jesús, que tantas veces había pasado noches pernoctando ya solo, ya con algunos de sus discípulos, cuando no con los 12 en casa de los tres hermanos. Pero Jesús no acudió, a las hermanas les dolió mucho, y les pareció como una muestra de falta de gratitud.
lo peor fue cuando al cabo de 14 días cuando el hermano llevaba días muerto, el amigo se presento, con toda su cuadrilla, visito la tumba, dijo lo típico consoló a las hermanas, y lloro un poco, lo que haría cualquiera; las gentes esperaban que hiciera algo, pero no hizo nada.

Aquella noche la hermana pequeña Marta, dijo a su hermana María, Nos hemos equivocado este hombre no es el enviado. A su hermana ni que decir tiene, que le pareció, una estupidez; lo que decía su hermana, muchos más amigos de Jesús habían muerto; aquello no quería decir nada. Pero para Marta quería decir que aquel hombre no tenía poder, puesto que a un amigo al que quería tanto lo dejaba muerto.

Unos meses más tarde, aquel hombre era detenido, en el juicio en el que se le acusaba de blasfemo trato de defenderse a base de, incongruencias, llego a decir para salvar su vida. Que el mismo concepto de Dios no estaba definido, que dios podía ser todo el que hace bien. Que hijos de dios, lo eran todos. Eso le salvo de la condena a muerte, pero no se salvo de la condena ante el tribunal civil por gritar contra el gobierno del César.

Lo condenaron a la muerte de Cruz, fue necesaria la violencia para que se dejase desnudar estaba rojo de vergüenza, y lo crucificaron maldijo a todos. Y cuando le dijeron que si era hijos de dios, bajase de la cruz. Hizo un esfuerzo y se tiro, murió aplastado contra el suelo.

Lo echaron a la fosa común, y a los pocos días los buitres y los perros se disputaban su carne.
Sus seguidores volvieron a su trabajo, las dos hermanas una de las cuales había ejercido la prostitución, dejaron las buenas obras que hacían y las dos tomaron el “oficio” que había tenido una de ellas. No les dolía y les hacía perder la fe, únicamente que aquel hombre no fuera el enviado sino que Dios, hubiese permitido que mediante engaños, falsos milagros el pueblo llegase a creer.

Pero no sucedió así. Muy al contrario la historia es solo cierta; hasta que llega a la casa del amigo muerto; porque si lloro ante la tumba como haría cualquier hombre, pero lo llamo de nuevo a la vida, como sólo puede hacer Dios.

También es cierto que lo detuvieron al cabo de pocos meses. Pero estaba tan majestuoso en el juicio que no se sabía si no fuera porque estaba atado, que el reo era Él. Lo condenaron por blasfemo pues no sólo no negó ser hijo de Dios. Sino que hablo como sólo Dios puede hablar.

“Tú lo has dicho, yo Soy”. Se sonrió al decirlo, porque vio el momento en que le había dicho lo mismo a Moisés. “Yo soy el que Soy”.

El poder civil lo vio inocente,, y lo condeno por miedo a no perder el puesto.

No opuso resistencia a los que sacaron su ropa, los niños pequeños no se avergüenzan de su desnudez porque su carne no conoce el pecado, y, Él aunque era Hombre era Niño su carne era. Es Inmaculada. No bajo de la cruz, aunque lo invitaron a hacerlo, porque era su trono, y un Rey no se baja del trono, porque a unos súbditos rebeldes se les meta en la cabeza. Murió si pero en la cruz, sus amigos tomaron su cadáver y lo enterraron en un sepulcro de uno de ellos. A los tres días el sepulcro estaba vacío, no porque nadie hubiese tomado su cuerpo sino porque salió por su propio pie.

Sus seguidores se llenaron de su fuerza, y se enfrentaron a reyes, y gobernadores por Él, pagaron con su sangre, entre ellos los 3 hermanos. Pero hoy sus seguidores somos; millones incluso tiene seguidores que no lo saben. Pero lo sabe Él.

Porque ese Hombre es Dios.
Si no hubiera resucitado a Lázaro no lo era.
La resurrección de Lázaro anticipa la suya
Fin

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