lunes, 7 de mayo de 2012

El juguete triste

El juguete triste 

Hace un tiempo, no muy lejano. En una juguetería, los juguetes esperaban el momento de cobrar vida; en los brazos de un niño, porque los osos de peluche, las muñecas; Los soldaditos de plomo. Los trenes. Y. un largo, largo etc, no tienen vida, hasta que los brazos de un niño, o de una niña, no se la dan: en la tienda están como aletargados. Que quiere decir dormidos.
Y, así estaba nuestro amiguito, junto con sus compañeros, lo que sucedía es que los niños le pedían a los Reyes Magos; los juguetes y. los muñecos que salen en la “tele” y, nuestro pequeño amiguito, ni había salido nunca en la “tele” ni iba salir, puesto que no era más que un muñeco hecho con lana; si con lana.

Y, porque no decirlo bastante feo. Sus ojos; eran 2 minúsculas bolitas de lana de distinto color, su pelo estaba formado por rafia negra; bueno que como se dice en mi tierra, era feo, y, con ganas.

Así que como podrás suponer nadie lo quería, se vendían todos. Ya fuesen los Magos. Ya fuesen los papás o cualquier mayor para regalar a un niño. Nadie quería, al muñeco lanero.
La dueña de la tienda, opto incluso por ofrecerlo como regalo.
Imposible. La gente regresaba para; devolverlo. Tan pronto lo descubrían en su bolsa..

Ni siquiera “Ciro” el gato de la tienda quiso jugar con él, por lo que hace a la perra “Laika”, se supo a chillar. Como si fuese una humana.

¿Qué hacemos con él?. Pregunto una de las dependientas; a la propietaria del negocio, una mujer ya mayor; que llevaba un moño sujeto por un montón de horquillas.

¿Qué vamos hacer?; Esperar, algún niño lo querrá y si no es así., habrá que desmontarlo, y usar la lana, para otra cosa.

En realidad la culpa fue mía, por habérselo comprado a aquella gitana.

Pero bueno. No fue muy caro; de lo que me alegro, pues no están los tiempos para andar tirando los euros.

De noche, ahí sobre las 12 que es cuando los juguetes, incluso si están solos se animan, es decir viven.

El muñeco lanero. Vio que estaba solo.

En la tienda ya no quedaba ningún juguete, y por sus ojillos de lana, brotaron unas lagrimas que no se veían puesto que era un muñeco de lana.

¿Qué hice yo, para que ningún niño quiera ser mi amito? ¿Qué culpa tengo de ser un muñeco de lana? ¿yo no pedí, que me hicieran de lana? ¿además que tienen contra la lana?

Abriga. Es suave. ¿qué será de mi?. Me arrojaran a la basura. Y, después los barrenderos, me echaran en la escombrera.

Pero no debo ponerme triste, seguro que mañana me quiere algún niño. Como ya no quedan juguetes en la tienda.

A la fuerza me habrán de comprar a mi.

Mas nuestro amiguito se equivocaba. Los niños y los mayores salían sin nada; pero aquello, no lo querían.

Y la dueña, aunque la dependienta que era una sentimental, le pidió que no lo hiciera lo arrojo a la basura; “ no se puede tener un negocio” y ser un sentimental.

Y, allí se encontró nuestro amiguito. Arrojado como un desperdicio.

Eso si fue echado en el contendedor de material reciclable; y, así llego al sitio donde se recuperan las cosas que pueden volver a tener otro uso; uno de los empleados se fijo, en él.

Y, se acordó de la niñita ciega, de sus vecinos.

Unas gentes tan pobres. Que salvo la muñeca de trapo que le traían los Reyes.

No podían comprar juguetes a su hija.
“Ya esta” se dijo el empleado del centro de tratamiento de residuos inorgánicos. “Tú serás para “Nelia”” .Que era el nombre de la pequeña cieguita.

Fue asi, como nuestro amiguito encontré una amita.

La pequeñita lo acaricio con sus manitas.

Y, en su corazón porque sus ojitos no podían ver. Pero si veía con el corazón. Vio el muñeco mas hermoso.

Se imagino el mas suave peluche. Y, lo hizo su compañero de juegos.

El muñeco lanero. Se lleno de alegría. Pues estaba cumpliendo su misión. La de alegrar y servir de juguete a un niño.

Y acompaño a la pequeña “Nelia” a un mundo de fantasía. La llevo a países tan remotos que sólo se pueden visitar en sueños.

Fue para ella, mejor que todos los juguetes que anunciaban en la televisión. Pues fue en cada momento, el juguete que ella quería fue soldado; vencedor en cien batallas, contra dragones.

Fue una princesa que se enamoraba de un leñador. Fue el leñador. Hasta fue un tren y su cabello de rafia. Los raíles. La pequeña ciega, tenía como la mayoría de los ciegos. “muy buena vista” porque veía con los ojos del alma; y, el poder que da la inocencia y la fantasía de transformar las cosas. Y, por eso hacia que el muñeco lanero. Fuese, todo lo que ella quería.

De noche el muñeco lanero. Cuando cobraba vida. En el momento en que los humanos duermen. Daba gracias. Por la suerte que había tenido. Y. ya no estaba triste.

Paso el tiempo y niña se hizo mayor.

Se enamoro, no de un príncipe, sino de un joven guapo, y bueno, se casaron y dio los bendijo dándoles dos niñas. Jezi y Flor. Y, aunque podían ver. Su mamá Nelia.

Les enseño a ver también con el alma. Y “el muñeco lanero” fue también su juguete preferido.



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