sábado, 19 de mayo de 2012

El Panadero


El panadero
Elías, era panadero en Jerusalen, era un buen hombre, caritativo y, cariñoso con los niños sí exceptuamos al hijo de Caifás, claro que no era por el niño, si no por el padre.
Se aproximaban las fiestas de las Tiendas, o, Tabernáculos, y, había cocido mucho pan, rico pan de cebada, y, también algunos panes de trigo, la venta había sido buena, aunque le sobraron varios bollos de pan, que desde luego pensaba vender.
Bueno pensaba hasta que entro por la puerta, el hijo de Caifas, el menor, y, le dijo, ¿ Sí podría regalarle unos panes, el dinero que le había dado su padre, se lo había gastado, peor aún lo había dado a una mujer pobre, pobre y gentil, es decir pagana, idolatra?
Elías, le dijo que ese no era su problema; pero se arrepintió enseguida, desapareció unos segundos, y, regreso con 6 panes de cebada, todos los que habían sobrado de las ventas anteriores, a las que añadió unas truchas que su mujer Ana, había frito aquella mañana
El niño, se marcho; muy contento, y, Elías, tuvo que soportar el mal genio, de su mujer.
Mientras, el chaval, junto con otros compañeros, se sumo, a la fiesta, que recordaba la estancia de los hebreos, en el desierto; al principio, todo fue bien, pero pasados dos días, se acabaron, los alimentos que habían llevado, los patrocinadores; y, la gente empezó, a sentir hambre; en sus correrías, de un lado para otro, el pequeño, escucho a unos hombres, que hablaban, con, otro, el cual les insistía, en que le diesen ellos de comer, a la gente, gente que era muy numerosa, demasiada, como para que un pequeño grupo de hombres, tuviese, comida para tantos, sólo de hombres adultos, rondarían las cinco mil personas, o, sea que en total, unos veinte mil, por ello se entendía, que los hombres dijesen, que ni con el trabajo de todo un año, se compraría una miga de pan, para cada uno.
De pronto, sin saber porque, tuvo una idea, tomo 5 panes, y, dos peces, de los que le había dado Elías, y, se los ofreció, a uno, de los hombres, nada más dárselo, se quedo esperando, un exabrupto, porque él mismo se decía, que más parecía burla, que donación; pero en lugar de lo que él esperaba, el hombre. Que había dicho que diesen de comer, lo acaricio. Lo bendijo, le dio, las gracias, y, empezó a, repartir, y, bueno, en el Evangelio de San Juan, capitulo VI, cuentan mejor lo que siguió, yo, continuo, con esta historia.

El caso fue, que gracias, al niño, Jesús había podido, multiplicar los panes, y, los peces;
Al conocer Elías, lo sucedido, fue a buscar, a Jesús, para rogarle, lo tomase, por seguidor suyo, pero Jesús, lo insto, a seguir en su puesto.
Paso paso el tiempo, y, cierto día, cerca de la Pascua, unos hombres, fueron a su panadería, a, comprar, los panes ácimos, que debían consumirse en aquellos, días, se alegro, al reconocer en los dos hombres, a dos discípulos de Jesús: porque eso era señal, de que su pan; iba a ser consumido por Jesús.
Lo que no podía sospechar Elías, es que; con aquel pan, Jesús instituiría La Eucaristía; y, el pan, su pan, se convertiría, en su Cuerpo.
No, se entero, hasta, 50 días más tarde en la fiesta de Pentecostes, cuando al oír hablar a Pedro, entro a formar parte de la recién nacida Iglesia; y, desde entonces cada domingo; asistía a la fracción del Pan, que es como los primeros cristianos, llamaban a la Eucaristía, y, por supuesto, seguía siendo panadero, porque el pan; es lo mejor, y, más bueno que hay.
Tal vez pensaba, en él Lope de Vega, cuando escribió,
“ El pan es tan santo, que el pan, se debiera, comer de rodillas, tal vez por eso, las abuelas lo besaban; porque el pan, que se pone en la mesa, si no es Eucaristía, si la produce, pues Eucaristía es “acción de gracias” pero también porque si no es, “ cuerpo de Cristo, es hermano, del que en el altar lo es”

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