lunes, 14 de mayo de 2012

El Payaso



El circo acababa de llegar al pueblo, y mi padre, olvidándose o tragándose mejor dicho, el dolor todavía vivo por la perdida de mi madre.

Nos llevó a mi hermano Raúl y a mi, a ver el “ Mayor espectáculo del mundo”; no voy a describir una por una las actuaciones que me mostraban un mundo mágico; sólo me referiré al “ payaso”.

Ha pasado mucho tiempo, ya soy vieja, y tenía entonces tan sólo cuatro años, y no he olvidado aquella experiencia y lo que aprendí con ella.

Todos se reían de las “ tonterías que decía el payaso” de los golpes que recibía, reían hasta cuando parecía que lloraba; yo con mi corta edad, estaba desconcertada.

Cuando acabo la función, me empeñe, en ver al payasito; mi padre lo intento, pero le dijeron que no estaba permitido, que los artistas necesitaban descansar, eso si le obsequiaron con 2 globos uno para mi hermanito, y otro para mí, amén de no se cuantas chucherias más, pero yo, quería ver al Payaso, así, que me eche en el suelo, y empecé una protesta a base de pataletas, y de nuevo mi padre, volvió a pedir nos dejasen verlo, que sólo serían dos segundos.

El portero respondió, bueno, pero sólo dos segundos, y no hago bien, por favor, no lo entretengan más, tiene que salir para un viaje.

En efecto entramos en el camerino, ya no estaba vestido de payaso, vestía un traje gris, con una banda negra en el brazo, y tenía los ojos de llorar, mi padre, se disculpo como pudo, le dijo, que “la culpable era yo” que me había empeñado en verlo, y tocarlo; me miro y se le ilumino la cara, me sentó en sus rodillas, y me regalo una trompeta, después añadió, siento, no poder quedarme, pero voy al entierro de mi esposa, y del hijito que ya no nacerá, mi esposa fue apuñalada mientras compraba en el supermercado; me dieron la noticia, poco antes de salir actuar.

No entonces, pero si después he pensado, cuando lloraba, en apariencia por tonterías, estaba llorando de verdad por la pena, que consumía su alma, él lloraba y los otros reían; así de mala y de cruel es la gente.

En casa, dije a mi padre, “ papá, se reían del payasito triste, son malos”

Mi padre, me sento en sus rodillas y me dijo, no hija, no son malos, los payasos están para hacer reír es su trabajo, hacer reír hasta cuando lloran. Lo que pasa y eso si es malo, es que el mundo, también se burla e ignora las lagrimas de quienes no son payasos; fijate hijita, hasta que extremo que cuando el Hijo De Dios, moría en La Cruz, unos hombres, se reían y jugaban a los dados?

¿Y Papá Dios, que hizó?

Lo que sólo un loco, podría hacer un loco maravilloso, y Dios lo es; les dijo ¿Si querían ser sus hijos?

¿y quisieron? No, lo sé, lo sabremos en el cielo, donde tu pobre payasito, tiene 2 ángeles especiales que le cuidan;

Como yo a mamita ¿verdad?

La respuesta afirmativa fue un fuerte abrazo

Repito han pasado muchos años, y nunca olvide lo aprendido, aquel día en el circo, a respetar las lagrimas ajenas, aunque sean las de un payaso en el circo, y dejar que mi vida la maneje ese “ Loco Maravilloso”, a quien los teólogos llaman Dios, y yo llamó, Papá

Fin

No hay comentarios: