domingo, 6 de mayo de 2012

El siervo del centurión

Marcos Julius. Había llegado como centurión: de una de las más importantes centurias; de la Roma de Tiberio; el lugar de destino no era de envidiar. Judea.


Los insolentes judíos. Siempre creyéndose superiores. Como si su “dios invisible” fuese más poderoso, que todos los dioses, y lares romanos; sobre todo del César.

La prueba estaba ahí; era Roma, era Júpiter quien había sometido a Israel, al pueblo elegido por Yahvé, y no al revés.

Para un romano normal; un judío era poco menos que un perro; un día serían sometidos de todo; o aniquilados. A Roma nadie la vencía.

Pero Marcos Julius; no era un romano normal; hubo quien dijo; que un espíritu debía de haberse metido dentro de él.

Para empezar su esposa; Catania; era considerada por él como su igual; cuando enfermo la cuido sin alejarse un solo día de su lado; hasta que los dioses.

O tal vez el Dios de Israel se la llevo. Los soldados se peleaban porque se les pusiese a sus ordenes. Y, como si esto fuera poco; hasta los judíos lo “apreciaban”.

Cuando un pequeño temblor derribo la sinagoga; donde se reunían para orar; en su departamento de Cafarnaún. No dudo en costear los gastos de la reconstrucción.

Y, a los que le dijeron; que no era un proceder correcto; respondió que Roma; siempre había reconocido el derecho de los pueblos a adorar a sus dioses; era pues normal; que si no tenían lugar de culto, él como representante de Roma, ayudase a construirlo.

Mas no se crea que Marcos era un hombre de carácter debil; muy al contrario, exigia obediencia a sus ordenes, que como buen militar no daba sin antes reflexionar mucho

Aquella mañana recibió la visita de; Cornelius. Otro oficial romano recién llegado, a Israel; y, al que había invitado a comer con él y con su familia( hijos y esclavos).

“Pues si; amigo Marcos; lo que les faltaba a estos locos; ahora además del “chalado “ ese del Jordán, ya te hable del, hay uno, un pariente del tal Juan, creo, un carpintero de nombre Jesús. Que se ha enrollado; con unos 12, uno de ellos de aquí de Cafarnaún, seguro que lo conoces, Es Simón el pescador; un hombre pendenciero; y con muy poco respeto a Roma a nuestro divino emperador y; a nuestros benditos “Dioses”.

Pues fíjate Marcos, este hombre, según sus seguidores, y. Él no lo desmiente, es “hijo de dios”; de su “dios invisible “ claro, es el Mesías.

Él que los va librar. Y, ya te imaginas ¿de quien?. De Roma; aunque no lo diga, no somos tontos.

Claro que no hay mucho que temer, en realidad estos judíos no son tan tontos, y, salvo algunos jefes, que han perdido la cabeza, del resto, los únicos que le creen son la plebe, y, aún en esta hay opiniones.

Porque entre algunas de las tonterías que dice; afirma, que los publicanos son amados por su “Padre”.

¿Sabrá el pobre hombre, que son los recaudadores de impuestos para Roma, los colaboradores con el invasor; con nosotros?.

Yo como romano, contrario a la traición cada vez, que tengo que rozar la mano del publicano, que me entrega el dinero de los impuestos que ha esquilmado a su propio pueblo; siento como si una serpiente se me enrollase en la mano; pero al “Carpintero” le parecen buena gente, también manda amar a los enemigos; y perdonar, dice que su Padre perdona siempre,

Bueno también dicen que; cura palalipticos incluso que resucito a una niña, la hija de Jairo, el jefe del templo, que tu les hiciste.

Cierto es que otros dicen que lo que hizo fue despertarla. Sí quieres conocerlo este sábado hablará en la sinagoga.”

Marcos. había escuchado con atención a su amigo; bebió un sorbo de vino; luego dijo “ Cornelius. Quiero hacerte dos aclaraciones.

La primera que yo no he construido ningún templo, el templo esta en Jerusalén y esto es Cafarnaún, les ayude a levantar una casa para orar a su “Dios”; lo que ellos llaman sinagoga.

Dices que; al recibir el dinero de manos de un publicano; notas como si una sierpe; recorriese tu mano; pero dime amigo, ¿quién es más traidor el que vende a su pueblo por dinero; o el que obliga a hacerlo?.

tú sabes que muchos publícanos lo son; porque no les queda otro remedio; y, en cuanto al joven de que me hablas; no puedo opinar sobre Él; pues no lo conozco; ni tengo interés en conocerlo.

Además estos días estoy muy preocupado. “Antimus” el esclavo que mis suegros nos dieron de regalo de bodas.

Lleva unos días con un horrible dolor de cabeza. Ayer vomito toda la noche; no se que hacer.”

“Pues muy fácil amigo(dijo Cornelius).

Si se cura en cuatro días. Lo mandas azotar como castigo por el trabajo que no hizo, y si por ejemplo se queda paralítico, o no vale ya para el trabajo, lo que se ha hecho siempre con los esclavos que no son personas, lo matas, y, hasta puedes usar su piel para hacer unas carcasas para las flechas; y con el resto alimentar a los perros.”

Marcos se puso en pie; estaba rígido serio, y, en su rostro se había borrado la sonrisa con la que había recibido a su viejo amigo.

Tragando saliva. Dijo:” Antimus; es un hombre, un hombre que ha tenido la desgracia de nacer esclavo ,pero un hombre; y dime, para ti no es un crimen matarlo, pues es un esclavo, pues imagínate, que yo lo liberto, o que alguien me lo compra y lo liberta, entonces si sería un crimen matarlo ¿verdad?”.

“Por supuesto, al ser libre es persona.”

“Pues escucha si es crimen entonces, lo es ahora. “

Pero Antimus no mejoro, al contrario, 3 días más tarde, estaba completamente inmóvil; sin poder siquiera pronunciar una palabra, mirando con los ojos desorbitados, y, temblando al pensar en la decisión que su amo, tomase con él; era un amo cariñoso, pero para que se quiere un esclavo, que se ha convertido en un mueble inútil, para nada, seguro que mandaría matarlo, y era lógico, y natural; si se curase, pero eso era imposible. Se había convertido en un trasto inútil.



Mientras Marcos, había hecho venir los mejores médicos, no se apartaba de la cabecera de su lecho.

Se había hecho una promesa; cuidaría al bueno de Antimus, hasta sus muerte. Él no era un asesino.



Lucas, el joven médico que había atendido a su esposa Catania en el parto de su último hijo, y que ahora había sido llamado para observar al bueno de Antimus le dijo:

“Ya sabes, señor, que no creo mucho en estas cosas de los judíos;pero si quieres puedes pedirle por tu esclavo.

No se si te escuchara, para él somos gentiles, y, claro esta, te expones a que te diga, que no atiende a los invasores idolatras de su pueblo; pero por probar, después también hay eso que a lo mejor no cura a nadie, pero es lo último que nos queda.

Y, sabes que te apoyo en tu decisión de no matarlo, yo también pienso que un esclavo es un hombre, es como si una voz interior que no se de donde viene me lo dijera.”

“Esta bien Lucas. Consígueme una entrevista con “El Carpintero”.

Marcos se empezo a preparar para el encuentro con Jesús de Nazaret, el joven rabí, hizo varios ensayos primero le diría.

“Jesús te ordeno cures a mi siervo”. Pero deshecho esta idea. Si no quería curarlo, no lo haría, y él no podría hacer nada.

Le suplicaría, se pondría de rodillas. Pero rechazo también la idea. Por último se hizo una luz. “Aquel hombre, decía ser el Hijo de Dios, y si lo era, y, él ya estaba creyendo que sí, lo escucharía si quería, porque sabría lo que él amaba a su esclavo.

Pero no iba a dirigirle la palabra. Él no era más que un centurión romano. Y, el “Carpintero” era el hijo de Dios; obraría como lo hubiese hecho con el mismo César. Mandaría a uno de sus soldados a que rodilla en tierra, le dirigiese las siguientes palabras “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero di una sola palabra y mi siervo quedara curado, porque yo tengo también hombres sometidos a mi mando les mando y me obedecen, y lo mismo mi esclavo, y yo, a su vez también obedezco, ya ves que no he ido hasta Ti, porque no me he creído digno”, y él de rodillas con las armas en el suelo, esperaría a unos cuantos metros, que el “Carpintero” respondiese.

Y tal como lo pensó lo hizo, lo que más le costo, fue conseguir, que el soldado encargado de dar el mensaje aceptase doblar la rodilla ante un judío.

El momento fue tenso, de esos en que se corta el aire.

El joven Jesús. Tomo de la mano y levanto al soldado arrodillado a sus pies.

Luego volviéndose a los judíos que lo acompañaban dijo

“En todo Israel no he visto tanta fe, como esta, hombres como éste, se sentaran con los profetas y patriarcas en el Reino de los cielos”, luego caminando se acerco a ;Marcos ,lo levanto con sus encallecidas manos, le sonrió, y le dijo en un latín mal hablado, propio de quien no ha recibido estudios, y, conoce el idioma por las frases sueltas que del mismo oye. “soy tu amigo, serás mi hermano, mi padre te ama, tu siervo, tu amigo Antimus esta ya curado. ( y ya en arameo, el idioma que mejor hablaba) añadió, tanto mis amigos como yo, tomaríamos gustosos una copa del vino del Lacio, dicen que es tan bueno como el de estas lides.”

Marcos no pudo negarse, en efecto el esclavo estaba curado y hasta parecía más joven, ni que decir tiene que participo de la fiesta en la que Jesús sus amigos, y, Marcos el centurión, bebieron; y comieron juntos.

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